martes, 11 de noviembre de 2008

El efecto cocacola: crisis del capitalismo global

Hace dos días proponíamos desde este blog, denominar a la crisis financiera global como el efecto cocacola, por aquello de que se ha gestado en el corazón del Imperio (USA) y se ha extendido a todas partes, y como remedo a aquellas crisis financieras que azotaron México, Rusia y Brasil en la década de los noventa y que se denominaron el efecto tequila, vozka y samba, respectivamente.

La utilización del término efecto cocacola ayudará a los miembros (aquéllos que, según Rajoy, se visten por los piés) y miembras del G-20 (presidenta argentina y cancillera alemana) y les facilitará la tarea en la próxima cumbre de Washington donde diseñarán la nueva arquitectura de las finanzas planetarias.

Parece ser que se les han caído los naipes y se ha derrumbado el chiringuito global. Se echa la culpa a unos cuantos clientes de muy baja solvencia (pobres, parados, negros, etc.) que adquirieron hipotecas basura y a otros tantos de muy alta solvencia (brokers, agencias financieras, blancos de cuello ídem, etc.) que cobraban sueldos millonarios, viajaban en jets privados y empaquetaban las hipotecas basura junto con otros productos financieros para edulcorar y calificar la cosa como productos financieros titulizados con nombres rimbombantes y perspectivas de alto chollo. Sin embargo y a fin de cuentas, los crupieres sólo distribuyen el juego, cobran y pagan a los jugadores. Son los dueños del casino los que ponen las reglas.

El quid de la cuestión radicará en poner sobre la mesa las cartas y descubrir quiénes son los amos del casino. Además de preguntarse que, si la economía financiera nos repercute a todos, individuos, sociedades y miembros y miembras del planeta puesto que todas nos vemos obligadas a jugar en él ¿por qué sólo unos cuántos deciden? ¿Se puede dejar el chiringuito en manos de organismos e instituciones de dudosa configuración democrática? Léase grandes corporaciones empresariales, conglomerados de países -sin existencia jurídica, pero con poderío económico y militar- que dicen manejar el cotarro, y otros organismos financieros y económicos internacionales.

No hay comentarios: