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domingo, 26 de abril de 2009

Semántica del discurso: la variable género. Una investigación sobre el sexismo semántico. Artículo de Mª Azucena Penas Ibáñez

En español existen estudios lingüísticos sobre sexismo léxico y sintáctico, sin embargo, son todavía muy escasos los estudios sobre sexismo semántico y pragmático. Hace 5 días se ha publicado en la revista electrónica LinRed-Lingüística en la Red (una publicación impulsada por el Departamento de Filología y del Área de Lengua Española de la Universidad de Alcalá), un interesante artículo que trata estos últimos aspectos y cuya autora es Mª Azucena Penas Ibáñez, Profesora Titular de Lengua Española de la Universidad Autónoma de Madrid. Además, la completa bibliografía que contiene el propio artículo es de sumo interés para quienes quieran profundizar en las relaciones entre género y lenguaje.
Estamos a la espera de la reacción de la Real Academia -quien todavía no reconoce el término género nada más que para referirse a género gramatical- para ver cómo designa y clasifica este tipo de estudios lingüísticos, cada vez más abundantes en el campo filológico.
La referencia bibliográfica es la siguiente:

Penas Ibáñez, Mª Azucena. "Semántica del discurso: La variable género. Una investigación sobre el sexismo semántico". Revista electrónica LinRed-Lingüística en la Red. Núm. 6, Año VI. 21-04-2009. http://www.linred.com/articulos_pdf/LR_articulo_07042009.pdf

Resumen (extraído del propio artículo):

El presente artículo, siguiendo la corriente investigadora de la Sociolingüística feminista en América del Norte (EE.UU., Québec y Montréal), estudia, desde el lenguaje de género, el sexismo lingüístico, tanto sintáctico como léxico, su caracterización gramatical, y aporta como novedad el estudio del sexismo semántico aplicado a cinco variantes discursivas, con estrechos lazos culturales entre ambas orillas (española; atlántica: argentina, panameña, mexicana; y mediterránea: marroquí), con el fin de ver cuáles son los universales antropológicos que el análisis pragmático y textual ofrece a través de tres principios semánticos: 1. el significado implícito por inferencia; 2. la oposición de antónimos explícitos: sintagmáticos y paradigmáticos; 3. el contraste o antítesis de términos homónimos y polísemos.

El procedimiento de reconstrucción de significado que se ha seguido es el siguiente: a. significado implícito inferencial → b. oposición de antónimos explícitos sintagmáticos → c. contraste o antítesis entre diferentes significados de términos homónimos → d. contraste o antítesis entre diferentes acepciones de términos polísemos → e. oposición de antónimos explícitos paradigmáticos.

Palabras clave: sexismo semántico, lenguaje de género, sociolingüística del discurso, significado implícito, antonimia, homonimia, polisemia.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Cuarta miembra en la RAE: la filóloga Inés Fernández Ordoñez

Inés Fernández Ordóñez (Madrid, 1961), catedrática de la Lengua española en el Departamento de Filología Española de la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en dialectología, será la nueva miembra de la Real Academia Española. La candidatura, única para ocupar el sillón "P" vacante tras la muerte del poeta Ángel González, fue presentada por Margarita Salas, Álvaro Pombo y José Antonio Pascual. La lingüista fue elegida en la tercera ronda de votaciones. (Para resultar elegida en la primera ronda se requieren dos tercios de los votos, tanto de los asistentes como de los académicos que voten por correo. En la segunda votación es necesario obtener el respaldo de los dos tercios de los presentes y en la tercera bastaría con lograr mayoría abosluta (apoyo de la mitad más uno de los asistentes).

De un total de 46 asientos, Fernández Ordoñez será la cuarta miembra de la RAE, junto a la escritora Ana María Matute (desde 1996), la bioquímica Margarita Salas (desde 2001), y la historiadora Carmen Iglesias (desde 2000). (Ver en Wikipedia Relación completa de los académicos de número).

En la RAE sólo han ocupado sillones otras dos mujeres, ambas escritoras: Elena Quiroga (nombrada en 1984) y Carmen Conde (nombrada en 1979). Sin embargo, intelectuales como Gertrudis Gómez de Avellaneda, Emilia Pardo Bazán o María Moliner, jamás lo consiguieron, pues fueron rechazadas por su condición de mujeres.

El nombramiento de Inés Fernández Ordóñez es un pequeño y necesario paso del que nos congratulamos muchas mujeres, muchos lingüistas y muchas mujeres lingüistas. En palabras de Margarita Salas "Se ha elegido a Inés por ser mujer y excelente, no sólo por ser mujer". Vara de medir, esta de la excelencia, que no se aplica con la misma intensidad a los varones, algunos de los cuales presentan batalla cada vez que se ha barajado el nombre de algunas posibles miembras para entrar en la Academia.

Y otro pequeño avance. Por primera vez un miembro de la Academia, José Antonio Pascual, Vicedirector de la RAE, se refiere a género en su acepción social y no referido al género gramatical: "No hay que mirar por encima de una tapia para encontrar mujeres, sino aprender a mirar a las mujeres, que ocupan puestos de excelencia en nuestra sociedad". "No hay que atender al género". (El Vicedirector de la RAE dice que "no hay que atender al género" tras la elección de Inés Fernández como académica. EuropaPress, 18-12-2008).

Como vemos, no hay que lanzar las campanas al vuelo, ya que utiliza la expresión género para referirse al concepto, aunque sea para negar su aplicación. Como buen filólogo, José Antonio Pascual ha regalado tanto mis oídos sintácticos, como mi olfato semántico, con dos expresiones singulares que forman un prodigioso oxímoron (figura lingüística que consiste en armonizar dos conceptos opuestos en una sola expresión, formando así un tercer concepto, cuyo significado se desprende de su interpretación lógica; o sea, una contradictio in terminis que fuerza a resolver la antinomia aprender a mirar a las mujeres/no hay que atender al género, cuando la causa de invisibilizar a las mujeres es, precisamente, no atender al género) o, cuando menos, podemos decir que se trata de una curiosa paradoja (declaración en apariencia verdadera que conduce a una auto-contradicción lógica). De cualquier forma, las actitudes y discursos de José Antonio Pascual, han sido siempre respetuosas hacia las mujeres, frente a las actitudes beligerantemente machistas de otros miembros de la RAE y son de agradecer los esfuerzos que está haciendo para que se renueve esta institución y para que se incremente la presencia femenina en la RAE con el fin de reflejar el papel que verdaderamente ocupan las mujeres en todos los ámbitos de la cultura.

La trayectoria académica de Inés Fernández Ordóñez es intachable. Su página web incluye un amplio currículo. Es Catedrática de Lengua española en la Universidad Autónoma de Madrid, dirige el Corpus Oral y Sonoro del Español Rural (COSER) que permite el estudio de la lengua rural hablada en España desde 1990, y es especialista en dialectología actual e historia del español. Sus trabajos se estructuran en torno a tres ejes: el estudio de los textos históricos y cronísticos de la Edad Media Peninsular, especialmente los producidos en el siglo XIII y bajo el patronazgo de Alfonso X el Sabio; la teoría de la crítica textual y la edición crítica de textos medievales, y la dialectología (actual e histórica) del español.

Fernández Ordoñez, además del castellano, domina el inglés, francés, alemán e italiano. Ha participado en numerosos proyectos de investigación nacionales e internacionales y ha frecuentado las Universidades de París, Oxford o Cambridge. Es miembra de la Junta Directiva del Centro para la Edición de los Clásicos Españoles y, aparte de quienes la propusieron oficialmente como candidata a la Academia, es protegida del lingüista Francisco Rico. Sin duda, su contribución a la lexicografía y la gramatología puede ser importante.

Inés Fernández Ordóñez pertenece a una conocida familia de políticos y economistas (es sobrina del fallecido ministro Francisco Fernández Ordóñez y del gobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez, e hija de José Antonio Fernández Ordoñez, ingeniero y presidente del Patronato del Museo del Prado, fallecido en 2000), y ha sido discípula del filólogo medievalista Diego Catalán Menéndez Pidal. Así pues, cuenta con un excelente pedigrí tanto en su faceta personal como profesional, lo que, sin duda, habrá contribuido a su elección, así como a aplacar las iras de algunos miembros de la RAE que hacen gala de un androcentrismo recalcitrante. No olvidemos que el término clase denota una categoría sociológica equiparable al término género y que, en cuestiones de discriminación, ambas categorías se superponen y transponen.

Reproducimos a continuación un extracto de la entrevista realizada por Andrés Ibáñez . "Creo que la Real Academia de la Lengua es un poco machista". La catedrática madrileña Inés Fernández Ordóñez se convierte en la cuarta mujer académica de la lengua. Andrés Ibáñez. La Rioja, 19-12-2008.

¿Es machista la RAE?
- Bueno... Un poco sí. La proporción de mujeres académicas no está de acuerdo con el papel que representa la mujer ni en la universidad ni en el mundo de la cultura. Pero también hay que tener en cuenta que uno accede a la Academia al final de una larga trayectoria profesional, y que en la Universidad, por ejemplo, sólo hay un 15 por ciento de mujeres catedráticas.

- Y esta situación, ¿a qué se debe?
- Bueno, parece que las mujeres somos menos competitivas, y que en general nos dedicamos más a cuidar de la familia que los hombres. En otros países de Europa o en Canadá, por ejemplo, las mujeres pueden decir: «He estado estos dos años cuidando de mis hijos y no quiero que se me computen a efectos de becas, currículum, etc». Pero en España no existen este tipo de consideraciones. Por otra parte, yo no creo en las cuotas rígidas.

- Usted tiene dos hijas.
- En efecto. En mi curriculum hay dos o tres años en los que no aparece ninguna publicación. En el acceso a la cátedra, los miembros del tribunal me preguntaron que cuál era la causa. Y yo les dije que en esos años había tenido dos publicaciones muy notables que se llaman Laura y Julia, y que es una lástima que uno no pueda poner en el currículum la foto de sus hijos.

- ¿Cree usted que las mujeres tienen una relación diferente con el lenguaje que los hombres?
-
Existen indudablemente diferencias biológicas, que están bien estudiadas y documentadas. Está claro, por ejemplo, que las mujeres tenemos una competencia lingüística [capacidad de manejar los recursos lingüísticos] mayor que los hombres. Hablamos más rápido, hablamos más.

-
¿Qué opina sobre la situación del español en las Comunidades bilingües? ¿Está el español marginado o «amenazado» en estas Comunidades?
- El español como lengua de comunicación, como lengua oral, no tiene problemas y no sufre ningún peligro.

En otra entrevista, Inés Fernández Ordóñez afirma: "No soy partidaria de las cuotas. Pero, desde luego, estoy a favor de que la presencia femenina en la RAE refleje una proporción acorde con el peso de las mujeres en la vida cultural y universitaria"."Hay que investigar el español rural antes de que se pierda del todo" "La Academia debe reflejar el peso de las mujeres en la vida cultural". El País, 19-12-2008.

Y, como era de prever, le preguntan por su opinión sobre el término miembra (Inés Fernández Ordoñez: "No creo en las cuotas estrictas. Gonzalo Suárez, La razón, 18-12-2008.). Esto es lo que responde al entrevistador Gonzalo Suárez:

- ¿Será usted «miembro» o «miembra» de la Academia?
- De momento, «miembro» (risas). Esa palabra no admite flexión. El género es convencional: hay palabras femeninas que acaban en «o», como «mano» . Y así seguirá, siempre que el uso general no acredite la existencia de «miembra».

- ¿Es de las que considera que el lenguaje es machista y que hay que cambiarlo?
- La lengua se adapta a las nuevas realidades, así que si mujeres que ocupan ahora un cargo que antes sólo ocupaban los hombres, parece útil crear una versión de la palabra en femenino. Pero sin exagerar: no existen los «periodistos» y no por ello nos acusan a las mujeres de «hembrismo».

- ¿Qué mensaje lanza la Academia con su elección?
- Es difícil juzgarlo. Pero imagino que es una muestra de que la Academia quiere reconocer el papel de las mujeres en la sociedad.

- ¿Le molesta que se hable tanto de usted por ser mujer?
- Lo entiendo perfectamente. De 43 académicos, 40 son hombres. Y es natural que si se propone a una mujer surja interés, independientemente de su currículum. El número de académicas no alcanza el 10%.

- A algunos académicos les preocupa la escasez de mujeres. ¿Es usted partidaria de las cuotas?
- En las cuotas estrictas, no. Pero tampoco pienso que ese diez por ciento se corresponda con la realidad de la sociedad, la universidad ni la cultura de España. Hacen falta más mujeres.

- ¿Hará campaña desde dentro para que entren más mujeres?
- Lo que más me preocupará será la calidad del candidato. Pero, desde luego, procuraré que las mujeres tengan un lugar proporcional a su papel en la sociedad.

- Usted también rompe moldes por ser muy joven...
- Yo soy la primera sorprendida. Hay muchos otros currículos equiparables al mío, en hombres y mujeres.

- Como filóloga, su perfil es menos mediático que, por ejemplo, el de una escritora...
- Son facetas que la Academia debe combinar.

Enlaces:

  • "Creo que la Real Academia de la Lengua es un poco machista". La catedrática madrileña Inés Fernández Ordóñez se convierte en la cuarta mujer académica de la lengua. Andrés Ibáñez. La Rioja, 19-12-2008.
  • "Los filólogos somos poca cosa al lado de los escritores". Miguel Ángez Villena. El País, 19-12-2008.
  • La cuarta académica de la lengua vista por sus alumnos. María Sánchez Díez. Soitu, 18-12-2008.
  • Las escritoras tendrán que esperar. La RAE mantiene su tradición de puertas cerradas a las autoras de ficción Miguel A. Villena. El País, 18-12-2008
  • La normalidad de una elección. Pilar García Mouton. ABC, 19-12-2008.
  • El enigma IFO. ¿Quién es Inés Fernández Ordóñez, la filóloga que esta tarde puede convertirse en miembro de la Real Academia? El Cultural, 18-12-2008.
  • Inés Fernández Ordoñez: "No creo en las cuotas estrictas". Gonzalo Suárez, La razón, 18-12-2008.
  • Inés Fernández-Ordóñez se convierte en la cuarta mujer académica de la lengua. Cadena Ser, 18-12-2008.
  • El Vicedirector de la RAE dice que "no hay que atender al género" tras la elección de Inés Fernández como académica. EuropaPress, 18-12-2008.
  • Inés Fernández Ordóñez a las puertas de la RAE. Cuarta miembro femenina. Expansión, 17-12-2008.

sábado, 18 de octubre de 2008

Cacica y miembra, distinto tratamiento por la RAE

Al contrario que lo sucedido con la palabra miembra, la palabra cacica sí ha sido aceptada por la RAE sin crear ningún tipo de polémica.

Ya hemos visto a lo largo de los sumarios de noticias sobre miembras recogidos en este blog, que muchas de las noticias que incluyen la palabra miembras, pertenecen al ámbito hispanoamericano, donde el uso del término miembra, parece que sí está extendido, como se ha demostrado aquí documentalmente. También es habitual en este ámbito, el uso de la palabra cacica.

El diccionario de la RAE, ha incluido el término cacica, desde la edición de 1852 con el significado de "la mujer del cacique" y desde la edición de 1925 y hasta 2001 con una segunda acepción: "señora de vasallos en alguna provincia o pueblo de indios"

Es a partir de la edición de 1956 que, junto a esta denominación xenófoba -que se mantiene en 2001 y en la edición futura- incluye una tercera acepción:

cacique, ca

(De or. caribe).

3. m. y f. coloq. Persona que en un pueblo o comarca ejerce excesiva influencia en asuntos políticos.

Aunque ya en el avance la vigésima tercera edición, pretenden enmendar este uso recomendando la utilización de la forma en masculino para designar el femenino:

cacique, ca

3. m. y f. coloq. Persona que en un pueblo o comarca ejerce excesiva influencia en asuntos políticos.

MORF. U. t. la forma en m. para designar el f. Doña Manuela era la cacique del pueblo.

La cruzada de la RAE contra el uso de los términos en femenino comenzó ya en 2001, pues son muchos los artículos que se enmendaron añadiendo la coletilla U.T. la forma en m. para designar el f. (Utilícese la forma en masculino para designar el femenino). Esto es lo que ocurrió con las palabras médico -a, arquitecto -a, concejal -a, en la edición de 2001, y lo que ocurrirá en próximas ediciones si las miembras de estas profesiones y los que perseguimos un lenguaje no sexista, no lo remediamos.

martes, 22 de julio de 2008

Sobre jóvenas y miembras. El género en sefardí crea formas para el femenino y masculino

En los últimos años se han hecho muchos chascarrillos al hilo de que dos dirigentes políticas (nótese que pocas veces se usan juntos el sustantivo política -referido a persona del género femenino- y el adjetivo dirigente) aludieran a jóvenas y miembras con sus formas en femenino, no admitidas por la RAE ya que se trata de adjetivos o nombres invariables en cuanto al género. Sin embargo, veremos que no sería tan descabellado su uso y que existen antecedentes lingüísticos en español que avalarían o apoyarían el empleo de estas formas en femenino -a y en masculino -o (jóveno/jóvena, miembro/miembra). Así que los Sres. Académicos, periodistas y demás espontáneos metidos a lingüistas, no tienen razones demasiado sólidas más allá del chiste fácil y la ignorancia -siempre atrevida ella- en cuestiones de gramática histórica o evolución de ciertos términos en los usos del habla.

Así pues, vamos aquí a limpiar, fijar y dar esplendor a las neuronas de algunas mentes cerriles, echando mano de un sistema lingüístico que forma parte del mundo hispánico en general, y de la rica y variada herencia cultural y lingüística de la lengua española, en particular: el español sefardí.

La lengua sefardí o el español sefardí deriva de la forma con la que los judíos españoles se referían a su patria, Sefarad (nombre hebreo con el que se designaban ya a los judíos en España cuando ésta era Al-Andalus).

La denominación de sefardí se refiere a los descendientes de los judíos españoles expulsados de la Península Ibérica en el siglo XV. Estos judíos españoles hablaban español y llamaban a su lengua español o judesmo; con el término ladino, aludían a la lengua sefardí con la que se traducen los textos sagrados hebreos y que modernamente se ha hecho voz sinónima de judesmo; y, con el término judeoespañol llaman, en sefardí, al cultismo tardío que sirve también para designar su lengua.

Pues bien, en sefardí existe una constante antietimológica y deliberada de indicar el género masculino y el género femenino en muchos adjetivos utilizando los morfemas de género -o y -a.

"Uno de los fenómenos más característicos de la morfología del género en sefardí es la tendencia de los adjetivos invariables a generar una forma para el femenino y, a menudo, otra para el masculino: fiesta anuala, niñas jóvenas, público entusiasto, jóvenos elevos, son solo algunos ejemplos del fenómeno que comentamos. (...) esta tendencia del judeoespañol viene a continuar un proceso que se documenta ya en el latín vulgar y que se impuso en la zona galorrománica: el catalán medieval o el aragonés, por ejemplo, manifiestan su afición a generar desde los adjetivos invariables latinos una forma para el femenino y, a menudo, otra para el masculino. Sin embargo, el español —como ocurre en otras lenguas románicas— continuó con las formas latinas originarias.

El sefardí, abundando en esta hipercategorización del género, hace que otras categorías gramaticales se vean arrastradas a un comportamiento similar al de los adjetivos; así, por ejemplo, en la anáfora, la cuala, los cualos, lo cualo son formas habituales".

Carmen Hernández González. Un viaje por Sefarad: la fortuna del judeoespañol. Centro Virtual Cervantes. Anuario 2001. http://cvc.cervantes.es/obref/anuario/anuario_01/hernandez/p05.htm

Interesante evolución del español en otras latitudes donde quizás, el habla en uno de sus usos más familiares, íntimos y emotivos -como es el mantenimiento de una lengua en el exilio a través de los siglos reservada para los ámbitos domésticos y las relaciones intracomunitarias-, hace que la variante etimológica propia de una gramática rígida, se vaya adaptando a las necesidades subjetivas y sociales de sus hablantes.

Ahondando en el sefardí y en su variante, el ladino, es interesante consultar la Entrevista: Almuerzo con... Judith R. Cohen. Con mis amigos de Bosnia hablo en ladino aparecida en el diario El País, el 11 de julio de 2008, donde refiriéndose a Judith R. Cohen se afirma "Habla perfectamente el castellano, el inglés, el francés y el portugués, y conoce las lenguas eslavas. Pero aún hay una lengua más que Judith R. Cohen usa frecuentemente y que le es extremadamente útil: el ladino. El idioma de los sefardíes (antiguos judíos españoles) le abre puertas en muchas comunidades semitas y será la herramienta con la que se comunicará a finales de agosto con el grupo de judíos de Bosnia huidos de la guerra que se reúne en Croacia cada dos años y la invitan a cambio de un par de conciertos de música medieval".

Vemos que el español es mucho más rico de lo que algunos nos quieren hacer creer y que, antes de limpiar o hacer el chascarrillo facilón, hay que conocer y comprender la riqueza y diversidad de nuestra propia herencia lingüística y cultural.

Por otro lado, si a mí, personalmente que soy madrileña, no me plantea ningún problema la utilización del término miembra -bien al contrario, su uso me es muy útil y afectivamente próximo-, sí me resulta extraño al oído el término jóvena, pero constato que a muchas andaluzas no les plantea problemas. ¿Variedad diatópica (geográfica) y herencia de Al-Andalus añadida a la variante diastrática (social) por su distinto uso por los dos géneros)?

sábado, 21 de junio de 2008

La RAE y el monopolio del género... gramatical

La RAE y el monopolio del género... gramatical
María Jesús Lamarca Lapuente, 2004

Por género se entiende una construcción simbólica que alude al conjunto de atributos socioculturales asignados a las personas a partir del sexo y que convierten la diferencia sexual en desigualdad social. La diferencia de género no es un rasgo biológico, sino una construcción mental y sociocultural que se ha elaborado históricamente. Por lo tanto, género no es equivalente a sexo; el primer término se refiere a una categoría sociológica y el segundo a una categoría biológica.

La importancia del concepto de género radica en hacer visible el supuesto ideológico que equipara las diferencias biológicas con la adscripción a determinados roles sociales. El concepto nació, precisamente, para poner de manifiesto una relación desigual entre los géneros (mujeres y hombres, entendidos como sujetos sociales y no como seres biológicos).

Así surgieron los Estudios de Género que cuentan con una corta, pero intensa trayectoria como disciplina tanto en España como fuera de ella y que, si bien se han centrado en el papel social que se le ha atribuido y se le atribuye a las mujeres -dado que partieron del ámbito feminista-, ahora empiezan también a centrarse en el estudio del papel de los hombres como género. Afortunadamente, muchos hombres comienzan a estar interesados en desmontar la visión androcéntrica -por parcial, incompleta e injusta- que ha dominado todas las disciplinas humanas desde sus inicios hasta nuestros días: desde la filosofía y la historia, pasando por el arte, la literatura, la política, el derecho, la sociología, la psicología, la ciencia, etc., y, como no, la lingüística; y que ha impregnado el pasado y el presente del pensamiento “objetivo” y “subjetivo” de las personas y de las sociedades.

El lenguaje es una de las máximas expresiones de las ideas y del pensamiento humano y los conceptos que en él se encierran sirven para describir, encuadrar y comprender la realidad y, una vez fijados y establecidos, también afectan a la manera en que percibimos dicha realidad. En la práctica y metafóricamente hablando, el lenguaje puede ser masculino, femenino o neutro, depende de la perspectiva de género que adoptemos a la hora de hablarlo, limpiarlo, fijarlo y abrillantarlo.

La mayor violencia es el asesinato, pero también lo es silenciar a la mitad de la humanidad. Si antaño el revuelo feminista obligó a la Real Academia a revocar determinadas acepciones y a rebajar la testosterona del léxico, lo importante se ha quedado en los arrabales del concepto sin penetrar su centro. Lo políticamente correcto parece no haber transcendido el eje del discurso más allá del “compañeros y compañeras” y de hablar de “género humano” en lugar de “el hombre”, que, sospechosamente, la RAE en el Avance de su vigésima tercera edición se apresura ahora a enmendar, incluyendo por primera vez en el Diccionario la voz género humano, y definiéndola como “conjunto de todas las personas”, no sea que las feministas vengan ahora con reclamaciones aduciendo que existen desigualdades entre los dos géneros.

El Pleno de la Real Academia Española, 3 mujeres y 37 hombres, ha elaborado un informe sobre la expresión violencia de género y una recomendación dirigida el gobierno para que no la utilice al redactar el “Proyecto de Ley integral contra la violencia de género”. Cabría preguntar a los Sres. Académicos con cuántas especialistas en el campo académico de los Estudios de Género cuenta la Comisión de Vocabulario Científico y Técnico de la RAE o, en su defecto, y como recomienda explícitamente la propia Academia antes de tomar sus decisiones, con cuántas personas estudiosas y de reconocida solvencia en el tema ha consultado antes de afirmar alegremente que en español no existe tradición de uso de la palabra género más que para referirse a género gramatical o al concepto de género entendido como “conjunto de seres establecido en función de características comunes” y “clase o tipo”.

Resulta, cuando menos, sospechoso que la Academia ignore largos años de trabajos científicos realizados por mujeres y que, a pesar de reconocer la existencia del término género en el sentido expuesto en los prolegómenos de este artículo y de describirlo de forma explícita e inequívoca en su informe frente al concepto de sexo, concluya con un paradójico: “es obvio que debe decirse sexo y no género”.

Analizar los problemas desde una perspectiva de género no es lo mismo que analizar los problemas desde una perspectiva de sexo, a no ser que queramos referirnos a divisiones biológicas atendiendo a determinados atributos genitales, que incidamos en aspectos eróticos o que tratemos temas pornográficos. La mención de la Academia a las expresiones sexo fuerte/sexo débil como única fuente a citar y como única aportación conceptual que reconoce a la “tradición cultural española” en este tema, es un insulto para investigadoras, feministas, centros de estudios, cátedras y universidades que durante los últimos veinte años vienen analizando con rigor estas cuestiones y han aportado una ingente cantidad de ideas, estudios serios y publicaciones científicas.

Existen numerosas monografías, publicaciones periódicas y una cuantiosa “literatura gris” que corrobora la existencia de esa “inexistente” tradición cultural española. Dejando al margen los miles de artículos, seminarios, tesis, documentos administrativos, etc., le hubiera bastado a la Academia consultar el ISBN español (índice de libros publicados en España), donde solamente, y en referencia al título -no ya al contenido donde las cifras crecerían exponencialmente-, de 487 libros disponibles, 273 aluden al concepto de género con la acepción que la Academia niega. Es decir, un irrisorio e inexistente 56,4%, frente a un 43, 6% que agrupa al resto de las acepciones que la RAE sí reconoce.

Además, la exigua y vergonzosa documentación que aporta la Academia a la hora de decantarse por el uso de sexo en lugar de género no sólo supone un gran desprecio para las mujeres, las investigadoras y otros estudiosos del tema, sino un grave desprestigio para los lingüistas.

La RAE analiza las diversas expresiones usadas en español para referirse a los conceptos de: violencia doméstica, violencia de género, violencia contra las mujeres, etc., limitándose a citar la documentación que aparece en Internet haciendo uso del buscador Google y la que resulta del CREA (Corpus de Referencia de Español Actual), base de datos creada por la propia Academia y que reúne textos completos de libros, publicaciones y otros ejemplos del lenguaje oral, con el fin de valorar la frecuencia de uso de términos y expresiones.

Pues bien, lo que analiza la Academia no es la frecuencia de uso del concepto género, sino de la expresión violencia de género frente a otras como violencia doméstica que, según Google, aparece en 37.700 documentos frente a los 100.000 de violencia doméstica. Si acotamos la búsqueda únicamente a las páginas en español, se reduce la diferencia y aparecen 51.600 casos frente a 80.300, pero hay que tener en cuenta que ambos términos no son sinónimos.

Sabido es que los buscadores indexan las palabras de forma automática rastreando la World Wide Web y que Google utiliza un indexador automático llamado PageRank cuyo algoritmo, muy complejo, no sólo computa las apariciones de un término, sino que tiene en cuenta la estructura de los enlaces como indicador del valor de una página web, junto a otros elementos como una valoración cualitativa que se refleja en una mayor puntuación dependiendo de la importancia que tenga el sitio web que emita el documento en cuestión. Si las agencias de prensa difunden por la red una misma noticia haciéndose eco de las declaraciones de determinado político que ha utilizado una expresión concreta, dicha expresión aparecerá en cientos de periódicos a lo largo y ancho de la red, y los buscadores la registrarán como tal cientos de veces. Es de suponer que los periódicos ocupen un rango de página muy alto y que, por tanto, la aparición de cierto tipo de expresiones en los medios de comunicación esté sobrevalorada frente al uso no sólo en otros medios escritos como libros, artículos, etc., y, por supuesto gran parte de documentación que no aparece en la red o no está preparada para ser leída de forma automática por los indexadores que rastrean la WWW, sino también en otras webs con menor valoración para PageRank. La prueba es que la propia difusión de la noticia del informe de la RAE ha elevado el número de documentos en los que aparece la expresión violencia de género de 37.700 a 55.900 en sólo día y medio. Y si consultamos en el propio Google News limitándonos a contabilizar las noticias, hoy día 31 de mayo a las 22 horas aparecen 1.740 noticias bajo el epígrafe violencia de género y 1.880 noticias bajo el epígrafe violencia doméstica. Cuando las frecuencias de uso en la Web tanto del término violencia doméstica como del término violencia de género son tan elevadas, habría que descartar esta fuente como indicador para decantarse por la utilización de una u otra expresión, ya que los documentos de la Web se actualizan constantemente y las cifras oscilan por momentos.

Y en cuanto a la documentación extraída de su base de datos CREA, en donde la Academia se limita a contabilizar los datos en bruto sin el más mínimo análisis, los propios académicos se sorprenderían si hubieran analizado las veces que aparece la palabra género no en el sentido de “clase” o “género gramatical”, sino aludiendo al concepto de género como construcción social asignada a las personas en razón del sexo. Así, si buscamos la palabra género en relación con las categorías temáticas que la misma RAE establece para acotar las búsquedas, encontramos significativos y cuantiosos ejemplos del uso del término género en el sentido que nos ocupa, incluyéndose no sólo dentro de temas como mujer, desarrollo, empleo, política, educación, etc; sino también en categorías como ciencias y tecnología. El concepto de género ha dejado de ser un término técnico y se ha introducido en el lenguaje común.

La RAE sólo hace referencia a la frecuencia de uso, y deja de lado aspectos semánticos de gran importancia para categorizar los conceptos que han de ser fijados y aclarados de una vez por todas para que no puedan producirse equívocos legales o categoriales. Su propuesta de denominación, “Ley Integral contra la violencia doméstica o por razón de sexo”, es inapropiada y carece de fundamentos lingüísticos.

Si lo que pretendemos es categorizar los tipos de violencia contra las mujeres para tratar los datos estadísticos para su posterior análisis desde un punto de vista legal, sociológico, policial, administrativo, científico, etc., y lo que es más importante, para buscar soluciones a un problema real como el que nos ocupa, debemos tener en cuenta que el término violencia de género engloba tanto la violencia producida en el ámbito doméstico, como la que ocurre fuera de él; y que, a su vez, la violencia doméstica no obligatoriamente se corresponde con el concepto de violencia de género, puesto que existe también violencia en el ámbito doméstico que no tiene nada que ver con cuestiones de género, como es la violencia contra los menores, los mayores, los hombres, etc.

La categorización sería la siguiente:

Por un lado distinguiríamos:

A. Violencia de género:
1. en el ámbito doméstico
2. fuera del ámbito doméstico (discriminaciones laborales contra las mujeres, agresiones sexuales, trata de mujeres, etc.)
B. (… otros tipos de violencia)

Y por otro lado diferenciaríamos:

1. Violencia doméstica:
1.1. contra la pareja
1.1.1. contra las mujeres (sólo en este caso, la violencia doméstica está englobada dentro del grupo A. Violencia de género)
1.1.2. contra los hombres;
1.2. contra los menores
1.3. contra los mayores
1.4. otros
2. Violencia fuera del ámbito doméstico (…)


Así pues, si se acepta la propuesta de la Academia, que es utilizar en la Ley la expresión violencia doméstica, caeremos en un limbo semántico que tendrá repercusiones para el análisis estadístico, legal y conceptual al dejar al margen la causa real por la que se cometen estos atropellos, puesto que para dicha categorización, el concepto de género es vital. De lo que estamos tratando es de la violencia contra las mujeres en el ámbito doméstico por razones de género y, por lo tanto, la ley debería denominarse: LEY INTEGRAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN EL ÁMBITO DOMÉSTICO (o simplemente Ley integral contra la violencia de género, si se quiere legislar más allá de este ámbito).

Y para concluir, ya que en estas fechas tiene lugar la Feria del Libro, recomendaría a los Sres. Académicos que aprovecharan tal oportunidad y leyeran cualquiera de los 273 títulos recogidos en el ISBN español sobre género no gramatical, puesto que existen otros géneros, sin género de dudas.

María Jesús Lamarca Lapuente. Lingüista.
Artículo aparecido en diversas publicaciones en el año 2004.