En el principio fue el sustantivo.
Estático y cambiante en la eterna armonía de las cosas,
el mundo inamovible perseveraba ajeno a nuestros pasos
sólo apenas rozado
por el filo de un labio fascinado y audaz.
La lengua decisiva separaba los pájaros
o señalaba el íntimo y supremo anhelo de los astros.
Imagina que arrancas los velos de silencio impenetrable
hasta que la materia exhiba su desnudez más íntima.
Imagina que despiertas una a una, con tu índice, las sílabas dormidas
hasta depositar sus ecos en el hueco vacío de las sombras.
Sueña que has inventado ayer
la luz,
---el ocaso,
--------la clepsidra,
-----------el astrolabio.
Antes que la navaja de Occam cercenara su filo
aquella rosa roja sintió angustia
en el preciso instante de su mutilación.
María Jesús Lamarca Lapuente
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1 comentario:
¡Hola!
Nos ha encantado conocer la existencia de este blog, así que lo seguiremos gustosas.
Un abrazo enorme!
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